La dirección del Neuropsiquiátrico puso en marcha el Jueves 19/03 la que fue, hasta ese momento, la única medida frente a la crisis sanitaria que atraviesa nuestro país: blanquear todos los murales del hospital. Sin protocolos específicos para la guardia, ni medidas en el internado, la dirección del hospital comenzó la crisis asignando recursos a un blanqueo total.
La crisis sanitaria llega al neuro en el marco de una situación crítica que lleva mucho tiempo. El déficit de personal, las condiciones en el internado, la deteriorada infraestructura que pone en riesgo a pacientes y trabajadorxs y la falta total de recursos completan la situación en la que se presenta esta crisis.
Los murales, que se convirtieron en prioridad de la gestión, son fruto del trabajo de usuarios/as que, en modalidad de talleres artístico terapéuticos, se apropiaron del espacio que habitan con regularidad.
En palabras de Abracadabra, la organización que nuclea los talleres del neuro:
“En un movimiento colectivo se pintaron los muros asfixiantes, en un intento de crear un espacio que aloje y habilite la construcción identitaria. Lo discursivo no es solo palabra.
En cada pincelada hay más que el movimiento de la mano, la presión del pincel sobre la pared o el color elegido para mancharla. En un ambiente históricamente signado por la violencia del silencio, la posibilidad de expresión se torna fundamentalmente un acto heróico”
La “Bioseguridad” selectiva
La razón con la que sostienen la propuesta de blanquear las paredes desde la dirección es la “bioseguridad”, definida por la OMS como:
“Conjunto de normas y medidas para proteger la salud del personal, frente a riesgos biológicos, químicos y físicos a los que está expuesto en el desempeño de sus funciones, también a los pacientes y al medio ambiente”
Como observatorio, teniendo en cuenta esto, nos surgen algunas preguntas que consideramos más urgentes:
¿Qué pasa con la bioseguridad cuando un/a paciente duerme en un colchón en el piso porque no hay más camas?
¿Existen protocolos para dengue, coronavirus y enfermedades de transmisión sexual?
¿Qué pasa con la bioseguridad cuando, ante la posible internación de una mujer, el personal de salud debe lidiar entre el criterio clínico y el temor por la posibilidad de que esa mujer sea abusada?
¿Y los/as menores de edad?
¿Es posible cuidar con falta de personal de salud en todas las disciplinas?
¿Cuántos usuarios/as internados/as se encuentran atravesando la agudización de su padecimiento y cuantos/as siguen allí por no contar con otros dispositivos que los/as alojen por fuera de la institución?
¿Qué pasa con los/as usuarios/as que no tienen dónde dormir durante la cuarentena?
Como observatorio repudiamos el blanqueo de las paredes del hospital, entendiendo que son fruto de un trabajo de apropiación, en el marco de espacios que sanan y ayudan a transitar los padecimientos. Pensamos que es momento de definir prioridades y trabajar en equipo, y esta actitud no va en ese sentido.
Una idea sobre “La primera medida del neuro frente al coronavirus: blanquear las paredes”